A lo largo de la historia se han publicado infinidad de libros y hecho muchas películas y series de televisión que tratan de explicar de forma más o menos cómica en donde radican las diferencias y las dificultades a la hora de relacionarse con el género opuesto. Pues desde este blog aporto un nuevo punto a estudiar, y he de decir que sin abandonar mi temática habitual. Pero no penséis que quiero hablar de fetiches o de hombres obsesionados con la ropa interior femenina, para nada, se trata de los hombres y su reticencia o desinterés a la hora de comprar su propia ropa interior.

Y es que por fortuna en los últimos tiempos se han caído muchos tabúes y es de lo más habitual ver en las lencerías a hombres de todas las edades comprando regalos para las mujeres de sus vidas. Pero, y para ellos mismos?

Con 25 años de experiencia, en Lilas hemos comprobado que los hombres que compran ropa interior para si mismos son una rara especie, si bien es cierto que Lilas es quizá una tienda más enfocada al género femenino. Por eso cuando abrimos nuestra “hermana pequeña” Malizia (de la que os hablaré con más detalle en otro momento), teníamos claro que queríamos darle más protagonismo a la ropa interior masculina, con un espacio propio dentro de la tienda y en el escaparate, y eso hicimos.

Pero en la mayoría de los casos siguen siendo ellas las que compran para sus hijos, maridos, novios, hermanos, padres…

Así que decidida a saber cual era el motivo, me dediqué a preguntar a la fracción masculina de mi círculo de amistades. Y me di cuenta de que su fondo de armario en cuanto a ropa interior se refiere está principalmente compuesto de regalos de navidad, si, si, todos ellos tienen una pareja, una madre o incluso una tía, que conoce perfectamente sus gustos y que cada 24 de diciembre va rellenando el cajón de los calzoncillos.

No me malinterpretéis, no tengo nada en contra de que la ropa interior sea el regalo estrella de los chicos por navidad (solo faltaría), y lo comprobamos año tras año al ver vacio el expositor de chico una vez pasadas las fiestas, gracias a madres, novias, mujeres, hermanas…

Y ya que se acerca el día del padre, chicas no os olvidéis de revisar ese cajón de los calzoncillos, pijamas, bañadores, calcetines… porque recordad que aún falta mucho para navidad.