Cuando prácticamente has crecido en una tienda de Lencería eres capaz de hablar de bragas, tangas y calzoncillos sin ningún tipo de pudor y en cualquier ocasión, pero entiendo que no todo el mundo lo considere un tema adecuado para la mayoría de reuniones sociales. A pesar de ello siempre hay amigas, que conocedoras de mi pasión por esto a lo que me dedico, y de mi incesante búsqueda de temas para mi blog, me obsequian con algún comentario sobre la materia.
Y a uno de esos comentarios va dedicado este post, comentario que dicho más en serio que en broma, decía que ya estaba cansada de preocuparse de que su ropa interior estuviese a la altura de cualquier situación, y no recibir del sexo opuesto más que indiferencia (entendedme, hacia su conjunto de lencería, que no hacia su persona pues eso si sería del todo imperdonable). Entonces recordé otra situación que se dio en la tienda hace unos años, en la que hablando de este mismo tema, me contaban que tras aparecer ante su marido con un conjunto de ropa interior de los que quitan el hipo, con liguero y medias incluidas, el sujeto implicado simplemente se limitó a mirarla de arriba abajo y comentar:
-Pero eso realmente te es cómodo?
Y ahí te quedas tú, sin saber si reir o llorar. Porque realmente (y aunque yo defiendo con verdadera convicción la comodidad de las medias de liga) admites que no te vistes así para ir a trabajar.
Una cosa es segura, y esto si me ha pasado a mí y supongo que a muchas, tal vez ponerte un precioso conjunto no suscite ningún tipo de comentario, pero ten por seguro que el día que te pongas ese fantástico vestido que tanto te gusta pero que requiere una braga alta de abuela y para más delito color visón, ese día si recibirás algún comentario al respecto.
Pero no te lo tomes a mal, es que a lo bueno nos acostumbramos todos pronto y llega el momento en que sencillamente lo damos por hecho.
Así que si en algo os interesa mi opinión, vestiros por y para vosotras. Porque lo realmente importante de la ropa es como os hace sentir lo que lleváis puesto.
Yo admito no ser imparcial, porque no son pocas las ocasiones (si no mas bien todas) que aprovecho para confesar mi pasión por la ropa interior. Y desde luego que el día que llevo ese precioso conjunto que me encanta me siento más guapa, más delgada y no digo más alta porque considero que con mi 1´70 tengo suficiente. Así que ya sabes ponte tu conjunto favorito y mírate en el espejo con tus mejores ojos, porque si tú te sientes estupenda no habrá espejo que te lleve la contraria.
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